Funciones ejecutivas en el TDA/H
Modelo del Trastorno de Déficit de Atención desarrollado por el Dr. Brown
Basándose en más de 25 años de entrevistas e investigaciones con niños, adolescentes y adultos que presentan TDA o TDAH, el Dr. Brown ha desarrollado un extenso modelo para describir las complejas funciones cognitivas que se ven afectadas por esta perturbación. Este modelo describe las funciones ejecutivas, el sistema de manejo cognitivo del cerebro humano.
Aunque el modelo muestra seis conjuntos separados, estas funciones se desempeñan juntas continuamente, por lo general con rapidez y de forma inconsciente, para ayudar a cada individuo a manejar muchas de las tareas de la vida diaria. Las funciones se presentan en sus formas básicas en los niños pequeños y gradualmente se hacen más complejas a medida en que el cerebro madura a lo largo de la niñez, la adolescencia y la primera fase de la edad adulta.
Todo el mundo presenta fallos ocasionales en sus funciones ejecutivas. Sin embargo, los individuos con TDAH experimentan mayor dificultad en el desarrollo y uso de estas funciones que la mayoría de las personas de la misma edad y nivel de desarrollo. No obstante, incluso los individuos con un severo TDAH usualmente tienen algunas actividades en las que las funciones ejecutivas funcionan muy bien.
¡No hay que desanimarse!
Una persona puede tener una dificultad crónica con síntomas de TDAH en la mayoría de las áreas de la vida, pero cuando se trata de algunos intereses especiales como practicar un deporte o disfrutar videojuegos, hacer algo artístico o edificaciones con lego, no da muestras de los síntomas del TDAH. Este fenómeno de “puedo hacer esto aquí, pero no en la mayoría de los otros lugares” podría hacer suponer que el TDAH es un problema simple de falta de fuerza de voluntad; pero no es así. Estas fallas de las funciones ejecutivas usualmente se deben a problemas congénitos en la química del sistema que maneja el cerebro.
Utilizando métodos de entrevistas clínicas, el Dr. Brown estudió a niños, adolescentes y adultos diagnosticados con el TDAH según los criterios de DSM. Comparó las descripciones que ellos hacían de sus problemas con las descripciones de los controles normales. Las comparaciones entre las personas diagnosticadas con TDAH y las muestras no clínicas en cada grupo de edad arrojaron informes de fallas que pueden ser reconocidas en seis conjuntos de este modelo de funciones ejecutivas.
- Activación: organizar las tareas y materiales, estimar tiempo, establecer prioridades de las tareas e iniciar la actividad.
Los pacientes con el TDAH describen una dificultad crónica con excesiva dilación. A menudo aplazan el iniciar una tarea, incluso una actividad que reconocen como algo muy importante para ellos, hasta el último minuto. Es como si no pudieran empezar y sólo lo hacen cuando perciben la tarea como algo de aguda emergencia.
- Foco:
centrarse, conservar la atención, mantenerse concentrado en las tareas.
Algunos describen sus dificultades para mantener la atención como lo
que sucede cuando tratan de escuchar la radio de un automóvil mientras
se alejan de la estación y la señal comienza a perderse: se capta algo
de ella y se pierde parte de la misma. Dicen que se distraen fácilmente
no sólo por las cosas que suceden a su alrededor, sino por sus propios
pensamientos. Además, concentrarse en leer es algo difícil para muchos
de ellos. Generalmente entienden las palabras cuando las leen, pero a
menudo tienen que releer una y otra vez para poder captar el significado
cabalmente y recordarlo.
- Esfuerzo:
regular el estado de alerta, mantener el esfuerzo y procesar la
velocidad. Muchas personas con TDAH indican que pueden realizar
proyectos de corto plazo, pero enfrentan mucha más dificultad a la hora
de ejecutar un esfuerzo sostenido durante largos períodos de tiempo.
También se les dificulta concluir las tareas a tiempo, especialmente
cuando les piden que redacten un texto expositivo. Un gran número de
pacientes experimenta una dificultad crónica en cuanto a la regulación
del sueño y la vigilia. A menudo permanecen despiertos hasta tarde
porque no pueden “apagar” sus mentes. Una vez dormidos, frecuentemente
duermen como muertos y tienen grandes dificultades para levantarse por
la mañana.
- Emoción: manejar la
frustración y controlar las emociones. Aunque el DSM-IV (clasificación
internacional de los trastornos mentales) no reconoce ningún síntoma
relacionado con el manejo de las emociones como un aspecto del TDAH,
muchas personas con este desorden dicen experimentar dificultades
crónicas con relación al manejo de la frustración, la ira, la ansiedad,
la desilusión, el deseo y otras emociones. Hablan como si estas
emociones se apoderaran de su pensamiento así como los virus de
computadoras invaden un PC, lo que les hace imposible prestar atención a
cualquier otra cosa. Les resulta sumamente difícil poner las emociones
en perspectiva, colocarlas en la trastienda de la mente y proseguir con
lo que necesitan hacer.
- Memoria: usar
la memoria funcional y tener acceso al recuerdo. Con frecuencia, las
personas con TDAH señalan que poseen una memoria adecuada o excepcional
para cosas que ocurrieron mucho tiempo atrás, pero experimentan grandes
dificultades a la hora de poder recordar dónde acaban de poner algo, lo
que alguien les dijo un minuto atrás o qué estaban por decir. Pueden
describir cierta dificultad para tener una o varias cosas “en línea”
mientras atienden otras tareas. Además, las personas con TDAH a menudo
se quejan porque no pueden extraer información que tienen en la memoria
cuando la necesitan.
- Acción: hacer seguimiento de la propia acción y controlarla. Muchas personas con TDAH, incluso aquellas sin problemas de comportamiento hiperactivo, notifican problemas crónicos a la hora de controlar sus acciones. A menudo son demasiado impulsivas en lo que dicen o hacen, así como en su forma de pensar, por lo que llegan muy rápidamente a conclusiones erróneas. Las personas con TDAH también dicen experimentar problemas cuando desean hacer un seguimiento del contexto en el cual están interactuando. No logran advertir cuándo los demás se sienten desconcertados, heridos o contrariados por lo que ellas acaban de decir o hacer, y por lo tanto no alteran su comportamiento en respuesta a circunstancias específicas. Asimismo, muchas veces dicen experimentar dificultades crónicas cuando desean controlar el ritmo de sus acciones: desacelerarse o acelerarse según lo necesiten para tareas específicas.
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