domingo, 11 de setembro de 2011

VICTOR MANUEL E MARAVILHAS

LA MUSICA Y LOS ESTADOS SUPERIORES DE CONCIENCIA

VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA

el colibri dorado


Cada mañana el pianista rumano Dinu Lipatti tocaba la coral de Bach, Y cada día ejecutaba esta pieza con mayor claridad y sencillez. Enfermo de leucemia dio su último concierto, en plena ejecución le fallaron las fuerzas y no pudo interpretar hasta el final el programa previsto. Se despidió con la coral, sin fuerza ya, tocó la pieza hasta la línea que dice: “Él es la fuerza de mi vida”. Los espectadores quedaron profundamente impresionados pero experimentaron una profunda calma interior, era como abrirse el cielo y todos se volvieron uno que partían junto con el Maestro que acaba de morir.

Si aprendemos a escuchar de vez en cuando una cantata de Bach, nos sumergimos en la música: dejamos que la música penetre en nuestros oídos, en nuestro corazón, en todo nuestro cuerpo renovándonos. Y esto nos ayudará a recogernos, y con frecuencia cada vez que escuchemos a Bach sentiremos una profunda quietud, más intensa y larga. Allí nos sentiremos protegidos por el misterio de la música penetrando con amor. La música nos sume en una profundidad que no siempre alcanzamos a través del silencio, ya que la música nos recoge y nos lleva a lo profundo, de esta suerte se eleva nuestros corazones y almas.

Para mí y para muchas personas la música es una importante senda hacia la quietud; nadie debería privarse de este camino, Otras personas pueden vincular la senda de la meditación en silencio con la música. La meditación en silencio las abre para la música; y, cuando después de meditar, escuchan música, la perciben con intensidad aún mayor.

Al final del día, muchas personas carecen de energía para leer algo o simplemente no les gusta. Tampoco son capaces de concentrarse cuando quieren calma: están demasiado cansadas para ello. Por lo que a menudo lo que hacen en sentarse frente al televisor con la esperanza de sosegarse. Pero ocurre lo contrario, la televisión produce stress con tantas imágenes que ni siquiera durante el sueño nocturno pueden desprenderse de ellas y más bien producen una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo y provoca la aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Por ello es importante configurar una situación consciente para aprovechar con alegría las últimas horas del día. Esa posibilidad es elegir música con criterio y exponerse a ella. Cada cual tiene su música preferida e intuirá qué es lo que le conviene. Al elegir la música escuchamos nuestro interior para reconocer qué es lo que en este preciso momento puede hacernos bien.

Con frecuencia podemos escuchar una cantata de Bach, a veces un concierto de violín o piano de Mozart, una sinfonía de Beethoven, el vals de Strauss o la música de cámara de Vivaldi, para citar unos pocos. Así que aunque estemos molestos o enfadados, al escuchar la música, iremos cediendo y dando paso a un profundo anhelo de amor, tal como es la infinita belleza de la ...

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